Sus muros fueron depositarios de la memoria de varias generaciones de hombres y mujeres que vieron frustradas sus aspiraciones democráticas, unos tras la victoria de Franco en la Guerra Civil, y otros en los sucesivos intentos de organizar un movimiento de oposición a la dictadura.
La "Cárcel", expresión con la que los cántabros se refieren todavía hoy a la Prisión Provincial, encerró una parte de sus vidas, sus esfuerzos, y sus sueños de un mundo de derechos y libertades, contribuyendo con ello a que llegara a España la democracia.
Tras cuarenta años de silencio y treinta de constitución democrática, es necesario reconocer públicamente el esfuerzo y el compromiso de los que pasaron por allí y en ese empeño nos dejaron una parte de su vida. Ese tiempo de reclusión fue la semilla de esta democracia.
