Estrambótica situación la que están sufriendo algunos jóvenes investigadores de las Universidades Públicas de Castilla y León. Este personal cobra unos sueldos muy bajos, por debajo incluso de los 800 euros en algunos casos, con jornadas maratonianas y realizando una importante contribución a las publicaciones, las patentes y la transferencia de conocimiento que realiza la universidad. Son trabajadores que ingresan recién titulados y que poco a poco van adquiriendo unas destrezas que unidas a su conocimiento y talento,no todos tienen opciones de acceder a estas becas-contrato, llegan a hacer aportaciones verdaderamente notables a la universidad. Trabajadores que fruto de la ilusión de empezar su carrera profesional, de formarse como investigadores o docentes en la universidad y con ansia de desarrollar su curriculum en busca de una buena salida profesional tienen una dedicación en su labor digna de cualquier ejecutivo agresivo...excepto en el “pequeño” detalle del sueldo y del reconocimiento. Poca valoración de su trabajo reciben en general , pero más doloroso es el trato discriminatorio que han sufrido con respecto al resto de trabajadores de la universidad y con respecto al resto de empleados públicos de Castilla y León. De este trato es lo que se pretende tratar aquí, para el resto, haría falta bastante más tiempo y espacio.
A este personal, que es el que está en una situación más precaria, por sueldo, por jornada laboral y por tipo de contrato, se le retiró en 2012 la paga extra de Navidad como al resto de empleados públicos, incluso a aquellos cuya financiación tenía un origen privado. Posteriormente en 2014 se llegó a un acuerdo entre los sindicatos y la Junta de Castilla y León para devolver el 25% de esta paga extra, acuerdo que incluía la frase “...con la voluntad de que surta efectos en los empleados públicos de la universidades de la comunidad autónoma...”. Fruto de este acuerdo se le devolvió el 25% a casi todos los trabajadores del universidad...sí, a casi todos,...sorprendéntemente no se transfirió a las universidades el dinero que tenía que ser destinado a estos investigadores jóvenes.
Los motivos alegados para no pagarles fueron varios y se ha demostrado que son vulgares excusas. La universidad se excusaba en dos motivos, la falta de financiación de la Junta y los problemas contables, puesto que muchos proyectos estaban cerrados. Los problemas contables no son justificación puesto que la Administración General del Estado decidió en Enero de 2015 devolver también el primer 25% de la paga extra a sus empleados, pero a diferencia de la comunidad autónoma, sí incluyó mecanismos para pagar a los jóvenes investigadores cuyos contratos habían sido financiados a cargos de partidas de los Ministerios de Economía o de Educación. De esta forma, sólo quedan sin cobrar los investigadores cuyos contratos han tenido financiación autonómica o de la propia universidad. Desmontadas las excusas técnicas, quedan las excusas de financiación. Estimamos que el montante económico supone un 2% con respecto al dinero devuelto. Dicho de otra forma, hay dinero para pagar el 98%, pero no para pagar el 2% restante, que además, coincide que tiene que ir destinado al personal en situación más débil. Lo dicho, lamentable.
Actualmente se está negociando la devolución del resto de la paga extra para todos los empleados públicos, no es este el espacio para reiterar lo que CCOO opina en este tema, ya lo hemos expuesto en otros momentos, este es el espacio para recordar que la discriminación que se ha producido en este caso es, simplemente, bochornosa. Esperemos que la Junta y la Universidad cumplan con TODOS.