
Con motivo del "Día mundial contra el trabajo infantil", la OIT denuncia que cerca de 215 millones de niños y niñas de todo el mundo sufren esta lacra.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) instituyó el primer "Día mundial contra el trabajo infantil" en 2002 como forma de poner de relieve la gravísima situación de esos niños. Este día se celebra hoy, 12 de junio, y tiene por objeto ejercer de catalizador del creciente movimiento mundial contra el trabajo infantil, reflejado en el gran número de ratificaciones del Convenio núm. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil y el Convenio núm. 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo.
Las organizaciones miembros de la Internacional de la Educación, CCOO, entre ellas, nos sumamos a esta jornada de denuncia de una de las mayores lacras que perviven en el siglo XXI, manifestando que el trabajo infantil no libra a los niños de la pobreza. Es la universalización de la educación, quien puede lograrlo. Ofrecer acceso a una educación gratuita, obligatoria y de calidad para todos los niños hasta la edad mínima de admisión al empleo es una estrategia fundamental, y avanzar hacia una mínima igualdad de oportunidades. Y los docentes de todo el mundo tienen que ser actores clave en las iniciativas para luchar contra esa lacra. Por eso las organizaciones de docentes tienen que colaborar con la sociedad civil y con los organismos nacionales e internacionales implicados en esta lucha.
Desde la perspectiva de un país donde la escolarización obligatoria hasta la edad legal del inicio del trabajo, los 16 años, está garantizada por ley, es difícil imaginar la extensión del problema del que hablamos. Pese a los avances producidos hasta el 2008 en el "Programa Educación para Todos", enmarcado en los Objetivos del Milenio de la UNESCO, la propia O.I.T. estima que hay 215 millones de niños en el trabajo infantil, de los cuales 115 millones están directamente involucrados en un trabajo con tendencia a dañar la salud física, mental o moral de estos niños, que, en algunos casos, puede incluso poner en peligro su vida.
Estamos hablando, en la forma más grave, de trata de niñas y niños que alcanza la explotación sexual; de trabajos forzados con restricción de libertad, control con abuso de autoridad, violencia física o mental y ausencia de consentimiento; de trabajos en situación de semiesclavitud; de niñas y niños utilizados en actividades ilícitas; y de niños implicados en conflictos armados: una realidad, la de los niños soldados que denuncia el último informe de la UNESCO sobre el citado Programa de "Educación para Todos".
En un segundo nivel de peligrosidad, estamos hablando de los "niños de la calle", los que se buscan la vida en ella teniendo familia o los que carecen de ella por lo que trabajan y viven en la calle; de niñas y niños utilizados en el trabajo doméstico para atender a un tercero, con frecuencia simplemente remunerados en especie; de niñas y niños que se dedican a la recuperación de materiales reciclables; de niños porteadores de mercancías o de niños mendigos.
Y desde el sindicato no podemos ni debemos mirar para otro lado; Además, la UNESCO denuncia que, desde el estallido de la Crisis, muchos países donantes están incumpliendo sus compromisos de ayuda que impedirán resolver muchas de estas situaciones.
Pero debemos hacer una reflexión más próxima. Las Convenciones 182 y 190 de la O.I.T. consideran que, al menos para los empleos más penosos, no se debe trabajar hasta los 18 años. Y, en España, la tasa de abandono escolar ha superado el 30% hasta el momento actual. En los años de más desarrollo cientos de miles de jóvenes han abandonado su proceso formativo para ocupar múltiples empleos no cualificados. Han sido los mismos a los que la Crisis se ha llevado por delante, los mismos que hoy intentan retronar al sistema educativo para ganar una mejor esperanza de vida.
Por eso, desde CCOO estamos convencidos que la mejor inversión de futuro de cualquier país, de España también, es la que se emplea en la educación y la formación. Sin ella no hay alternativas, y también se está resintiendo. Por ello, en estos momentos en que se constituyen los nuevos Gobiernos regionales, que son los responsables de la Educación en su territorio, la FECCOO hace un llamamiento a su responsabilidad con estas cuestiones desde el convencimiento de que en ellas nos estamos jugando el futuro colectivo.