Informe sobre la tasa de Abandono Educativo Temprano 1992/2016
La Federación de Enseñanza de CCOO publica un informe en el que profundiza en las causas de la evolución de la tasa de Abandono Educativo Temprano durante los últimos 25 años y propone medidas concretas para reducirlo.
La tasa de Abandono Educativo Temprano (AET) es el porcentaje de jóvenes de 18 a 24 años (ambos inclusive) que han abandonado los estudios con una titulación inferior a la Secundaria postobligatoria, es decir, sin al menos FP de Grado Medio o Bachiller. Este indicador no tiene en cuenta si trabajaban o si tienen el título de Graduado en Secundaria (ESO). Este abandono se considera “temprano” porque en la actualidad, para el desarrollo personal, entender nuestra sociedad o insertarse laboralmente, es imprescindible una titulación postobligatoria.
¿Cuál ha sido la evolución de la tasa en España en los últimos 25 años?
Hemos bajado del 41% al 19%, pero con una reducción desigual. En este estudio, hemos dividido los últimos 25 años en tres periodos: de 1992 a 2000, que es la época de la implantación de la LOGSE y la enseñanza obligatoria hasta los 16 años; de 2000 a 2008, etapa en la que todas las comunidades tienen ya competencias plenas en educación; y, por último, de 2008 a 2016, los años de la crisis y de la inicial salida de esta.
Dando valor 100 al porcentaje de AET en el año de inicio de cada periodo –1992, 2000 y 2008–, al acabar cada uno de ellos el valor de la tasa de AET suponía un -29% en 2000; un 8,9% en 2008; y un -40,1% en 2016. Es decir, se redujo en un 29% entre 1992 y 2000; subió en un 8,9% entre 2000 y 2008; y cayó en un 40,1% entre 2008 y 2016. Globalmente, de 1992 a 2016 la tasa de AET se ha reducido a la mitad, en un 53,7%.
Con excepciones (Murcia y Cantabria), el descenso afecta a todos los territorios de forma similar. En Cantabria es más acusado y en Murcia, que partía de una tasa alta, es menor que la media.
¿Qué puede hacerse para reducir esta tasa?
Estas son algunas propuestas:
- Prolongar la escolarización hasta los 18 años (tramo no obligatorio) para alcanzar tasas de escolarización a esas edades similares a las de la UE.
- Generalizar la FP en la mayoría de los institutos, cubriendo la demanda de estas enseñanzas, ofreciendo integradas las distintas enseñanzas postobligatorias.
- Adecuar la FP a las características de este colectivo que ha abandonado las aulas:
o Mayor carácter práctico.
o Reconocimiento de la formación realizada o de las competencias adquiridas vía experiencia laboral.
o Facilidad para acceder a nuevos estudios.
o Etc.
Estas iniciativas no son las recogidas en la LOMCE, que apuesta por la imposición de itinerarios
o vías escolares muertas, sin continuidad con otros niveles educativos; la eliminación de la atención a la diversidad y las medidas de apoyo y refuerzo; la ausencia de financiación específica; la privatización, etc.
- Impulsar las enseñanzas de segunda oportunidad para alcanzar la titulación obligatoria (Educación para personas adultas) y la postobligatoria (Bachillerato nocturno).
- Apostar por medidas de apoyo y refuerzo y de atención a la diversidad (que lleven a título) en la ESO, a fin de reducir el porcentaje de jóvenes en situación de Abandono Temprano sin Graduado en Secundaria.
- Fortalecer el reconocimiento de la formación específica en la contratación laboral, incentivando esta modalidad y no haciéndolo con el empleo juvenil genérico, sin cualificar, temporal, etc.