Casi 600.000 menores quedarán sin la posibilidad de acceder al comedor escolar y a actividades educativas y sociales que complementen su educación.
La finalización del curso escolar supone un drama para miles de niñas y de niños que tienen en el subsistema escolar el único medio efectivo para tener acceso a la cultura y a la educación y a una alimentación adecuada a sus necesidades de crecimiento. CCOO reivindica el centro escolar como un ámbito de socialización y de vida digna para las niñas y los niños, y considera urgente que las administraciones públicas mantengan los centros abiertos en verano con un proyecto educativo y sociocultural suficiente y una inversión acorde con las necesidades de la infancia en situación de pobreza.
Diferentes campañas lanzadas desde organizaciones no gubernamentales de ayuda y protección a la infancia nos alertan cada verano sobre la precariedad de la inversión pública en educación y en protección social a la infancia, y del impacto de las políticas de recortes sobre los sectores más desfavorecidos de la población y sobre la clase trabajadora. En ese sentido, la Federación de Enseñanza de CCOO denuncia que los recortes ejecutados por el anterior Gobierno del PP, aún en vigor, achican cada vez más el espacio social para millones de personas que se encuentran en situación de exclusión, así como las perspectivas de futuro de tantas personas abocadas a engrosar las listas de desposeídos y excluidos de los sistemas educativo y de protección social.
CCOO defiende que el derecho a la educación y a una vida digna para todas las niñas y los niños requiere de políticas públicas coordinadas entre las administraciones centrales, autonómicas y municipales, y no puede depender de las expresiones de solidaridad particulares que, en mayor o menor medida, tratan de paliar la pobreza educativa. Las becas y ayudas son imprescindibles para garantizar la equidad del sistema educativo. Pero no menos importante es desarrollar inversiones que impulsen las políticas de protección social necesarias para que las familias en situación de precariedad y pobreza tengan unas expectativas de futuro para sus hijos e hijas que vayan más allá del aula y del curso escolar.