Al reducir los fondos destinados a becas y ayudas, se compromete gravemente la igualdad de oportunidades en el acceso a la enseñanza y se expulsa del sistema educativo a aquellos estudiantes que tienen menos posibilidades económicas.
A partir del curso 2010/2011, las ayudas -que incluyen los importes concedidos para la adquisición de libros de texto y material didáctico y las exenciones de precios académicos a familias numerosas de tres hijos-, se desploman y caen a casi la mitad. Lo mismo ocurre con los beneficiarios, que pasan de cerca de un millón a menos de 400.000.