La gravedad de los ataques del Gobierno a la enseñanza pública ha llevado al movimiento estudiantil a convocar huelga el día 8 de mayo.
Los recortes educativos están suponiendo que cada vez más jóvenes no puedan acceder o se vean obligados a abandonar, los estudios superiores. El incremento de las tasas (estudiar un Grado o un Máster en las universidades públicas de Castilla y León es un 29% más caro que la media nacional, con precios que se acercan a los de las universidades privadas), el recorte en las becas (este curso el recorte se ha acercado al 50%) y ayudas (la Junta de Castilla y León suprimió en 2011 las ayudas complementarias de las becas Erasmus) suponen una barrera económica infranqueable para muchas familias.
Además, en pleno mes de mayo, a buena parte del alumnado se le sigue si comunicar, no sólo de la cantidad variable de la beca que les corresponde, sino también la parte fija de la misma, mientras que, a los que le ha llegado la notificación, se están encontrando con recortes de entre el 18 y el 25 por ciento, respecto al curso anterior.
Tampoco la Enseñanza Secundaria Obligatoria se libra de los recortes, a las ayudas para los libros de texto (la Consejería de Educación dedicará este curso la tercera parte de los 21,2 millones de euros del total del curso 2010-2011), se suma la “compactación” del Bachillerato y la Formación profesional en el medio rural, el incumplimiento de las promesas de construir centros públicos en el alfoz de las ciudades o la tardanza en cubrir las bajas del profesorado.
Las víctimas de todos esos recortes, y del saqueo de lo público, tienen además cara, nombre y apellidos, y son la consecuencia del recorte presupuestario en Educación, que en Castilla y León supone un disminución del 20,4% respecto a 2010, lo que sitúa a nuestra región en el cuarto puesto del ranking estatal de bajada del gasto educativo.
Es tremendo ver como no falta financiación para sanear la banca, cubrir los agujeros de las autopistas, socializar las pérdidas de las grandes empresas y los proyectos fallidos, y, sin embargo, no hay recursos para la inversión de futuro más rentable de un país: el sistema educativo público, desde la Escuela Infantil hasta la Universidad, el que garantiza la cohesión social. Tal vez porque quieren llevarnos a un modelo de sociedad de trabajadores precarios y mal pagados, para el que es suficiente un sistema educativo mediocre.
Por eso nos parece prometedor que los jóvenes hayan aprendido que sin lucha no hay futuro, y por eso apoyamos su convocatoria de huelga.
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Los recortes educativos están suponiendo que cada vez más jóvenes no puedan acceder o se vean obligados a abandonar, los estudios superiores. El incremento de las tasas (estudiar un Grado o un Máster en las universidades públicas de Castilla y León es un 29% más caro que la media nacional, con precios que se acercan a los de las universidades privadas), el recorte en las becas (este curso el recorte se ha acercado al 50%) y ayudas (la Junta de Castilla y León suprimió en 2011 las ayudas complementarias de las becas Erasmus) suponen una barrera económica infranqueable para muchas familias.
Además, en pleno mes de mayo, a buena parte del alumnado se le sigue si comunicar, no sólo de la cantidad variable de la beca que les corresponde, sino también la parte fija de la misma, mientras que, a los que le ha llegado la notificación, se están encontrando con recortes de entre el 18 y el 25 por ciento, respecto al curso anterior.
Tampoco la Enseñanza Secundaria Obligatoria se libra de los recortes, a las ayudas para los libros de texto (la Consejería de Educación dedicará este curso la tercera parte de los 21,2 millones de euros del total del curso 2010-2011), se suma la “compactación” del Bachillerato y la Formación profesional en el medio rural, el incumplimiento de las promesas de construir centros públicos en el alfoz de las ciudades o la tardanza en cubrir las bajas del profesorado.
Las víctimas de todos esos recortes, y del saqueo de lo público, tienen además cara, nombre y apellidos, y son la consecuencia del recorte presupuestario en Educación, que en Castilla y León supone un disminución del 20,4% respecto a 2010, lo que sitúa a nuestra región en el cuarto puesto del ranking estatal de bajada del gasto educativo.
Es tremendo ver como no falta financiación para sanear la banca, cubrir los agujeros de las autopistas, socializar las pérdidas de las grandes empresas y los proyectos fallidos, y, sin embargo, no hay recursos para la inversión de futuro más rentable de un país: el sistema educativo público, desde la Escuela Infantil hasta la Universidad, el que garantiza la cohesión social. Tal vez porque quieren llevarnos a un modelo de sociedad de trabajadores precarios y mal pagados, para el que es suficiente un sistema educativo mediocre.
Por eso nos parece prometedor que los jóvenes hayan aprendido que sin lucha no hay futuro, y por eso apoyamos su convocatoria de huelga.
