- Una nueva vuelta de tuerca a una ley educativa imposible
La Federación de Enseñanza de CCOO considera que el acuerdo entre la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) y el ministro en funciones Méndez de Vigo pretende resolver con un mal parche el desaguisado organizativo y pedagógico que supone la LOMCE. Dicho acuerdo no anula el Real Decreto que establece la normativa básica en la que se regulan los procesos de admisión a las facultades y da a cada universidad la posibilidad de realizar pruebas de acceso.
El Gobierno del PP, en funciones, quiere equiparar la reválida de Bachillerato a la selectividad. Del acuerdo se destaca el hecho de que la nota servirá para acceder a todas las universidades, además de que las comunidades autónomas podrán diseñar la prueba dentro de un marco fijado. Los cambios sobre la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) se conocerán en mayo, cuando Íñigo Méndez de Vigo presente a las comunidades autónomas el borrador del proyecto de real decreto con las características de esta prueba.
Desde la FECCOO nos reafirmamos en la denuncia de que la reválida y otras pruebas que salpican a todo el espectro de esa mala ley que es la LOMCE, son un desastre porque terminan obligando al profesorado a preparar al alumnado para estos exámenes, en vez de educarlo, formarlo y prepararlo para la vida. El ejecutivo en funciones sigue creyendo en algo que han descartado numerosos estudios e investigaciones: poner más exámenes acabará con los problemas. El PP entiende que la educación tiene sus fundamentos en el seminario y en el cuartel.
Además, el acuerdo entre Gobierno y rectores olvida un hecho fundamental. Dicho acuerdo no anula el Real Decreto que establece la normativa básica en la que se regulan los procesos de admisión a las facultades y da a cada universidad la posibilidad de realizar pruebas de acceso. Es decir que sigue existiendo una norma, de rango superior que permite a las universidades realizar una prueba de acceso propia e independiente de la reválida de Bachillerato. Un remiendo. Una medida populista. El inicio de la campaña electoral. Otra vuelta de tuerca más a una ley educativa imposible.
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