Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO, explica: “La brecha salarial es la consecuencia económica de una cadena de discriminaciones hacia las mujeres que comienza antes de que lleguen al empleo y continúa en su empresa. Concurren en causarla factores como la mentalidad patriarcal, los prejuicios sexistas, la segregación académica y la falta de servicios públicos de conciliación. Se trata de una injusticia estructural que empobrece la vida de las mujeres y les depara un futuro de pobreza. Y es un factor de quiebra y descrédito democrático. Para CCOO es una prioridad absoluta atajarla por todos los medios”.
ADEMÁS, Elena Blasco Martín responde a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, quien ha afirmado este miércoles en el Congreso que la brecha salarial se sitúa “en mínimos históricos, como nunca en España”, con los datos de la Encuesta de Estructura Salarial de 2011. Ese año, las mujeres dejaron de cobrar, de media, 5.900 euros, menos que los 5.941euros que refleja la EES del 2015. “Ministra, no manipule, no niegue, no mienta”, le reclama la dirigente confederal.
El informe de CCOO La brecha salarial, factor de quiebra democrática: desigualdad, precariedad, temporalidad, parcialidad, presentado esta semana, relaciona las brechas laborales de género de 2015 con los datos salariales de la Encuesta Estructura Salarial 2015, en base a cuatro ejes: desigualdad, precariedad, temporalidad y parcialidad. Destacamos del Informe:
- En España, en 2015, la ganancia media anual de las mujeres era de 20.052€ y la de los hombres de 25.993€, lo que supone una diferencia de 5.941 € y una brecha del 30%; es decir, el salario medio anual de las mujeres tiene que aumentar el 30% para equipararse al de los hombres.
- En todos las CCAA, en todos los sectores, en todas las ocupaciones, los hombres reciben de media un salario superior al de las mujeres, por trabajo de igual valor.
- La mitad de las mujeres gana menos de 16.825 euros al año.
-Además, de los 2 millones de desempleadas, solo 1 millón cobra algún tipo de prestación (1 de cada 2); de ellas la mayoría (62%) percibe una prestación asistencial.
- Las mujeres representan el 70% de la población asalariada con ingresos inferiores al SMI. En el grupo de las personas que menos ganan, con jornada a tiempo parcial, el 76% son mujeres (el 24% son hombres). En este grupo, cuyo límite superior de ganancia son 680 euros, las mujeres tienen un salario medio de 399 euros y los hombres 432 euros.
- Las diferencias salariales llegan a ser de 8.121 euros en el grupo de edad de 55 y más años. Es en este tramo de edad donde la brecha salarial es más elevada (37%).
- Las mujeres trabajan en mayor porcentaje a tiempo parcial (el 75% del trabajo a tiempo parcial lo desempeñan mujeres, y el 25% restante, hombres), por eso el peso relativo de este uso abusivo de la contratación a tiempo parcial resulta determinante en la brecha salarial.
- La segregación sectorial y ocupacional. Las mujeres representan el 48% de la población asalariada. 9 de cada 10 trabajadoras lo son en el Sector servicios. En los sectores en los que la ganancia media es superior, la brecha salarial entre mujeres y hombres es inferior a la media. Son sectores laboralmente masculinizados, en los cuales la presencia de mujeres es minoritaria.
- En todos los grupos ocupacionales, la ganancia media de los hombres es superior al de las mujeres. Las ocupaciones que cuentan con menores salarios continúan estando muy feminizadas.
- Cerca de la mitad de la brecha salarial mensual (44%) en la nómina entre mujeres y hombres se concentra en los complementos salariales, un componente menor de la ganancia mensual, porque el salario base es claramente el componente más importante del salario, que explica el 54% de la brecha salarial.
- Se trata de complementos otorgados con criterios discrecionales, sobre todo en los puestos directivos, y que benefician menos a las mujeres. En otros casos retribuyen aspectos “masculinizados” del trabajo, como el esfuerzo físico, la penosidad, la nocturnidad, o la disponibilidad horaria; mientras que no se retribuyen atributos considerados “feminizados”, como atención, precisión, resistencia, etc. CCOO insta a revisarlos en mediante la negociación colectiva.
Como señala Elena Blasco Martín, “Es imprescindible para conseguir acabar con la brecha salarial activar un proceso de diálogo social tripartito dirigido a poner en marcha las reformas legales precisas que garanticen la igualdad retributiva entre hombres y mujeres, que implique actuaciones sobre diversos aspectos” Y enumera: “Lasegregación educacional; el acceso al empleo y la contratación, especialmente la de tiempo parcial; la clasificación profesional; la valoración no sexista de los puestos de trabajo, con especial atención a los ocupados mayoritariamente por mujeres; una definición del concepto de igual valor dotándolo de transparencia y seguridad jurídica; la promoción; la formación en el empleo; la regulación de los planes de igualdad: las competencias de la RLT en materia de igualdad retributiva; la medidas y servicios en conciliación y medidas efectivas en corresponsabilidad, entre otras”.
Además, concluye la secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO: “Son necesarias actualizaciones legales para la creación, desarrollo y aplicación eficaz de una Ley de Igualdad Retributiva que englobe de manera más amplia y al mismo tiempo más adecuada y eficiente al conjunto de las desigualdades y brechas laborales entre mujeres y hombres”.