La asignatura de Religión no debería tener cabida en el Horario Escolar

CCOO exige la derogación de la LOMCE y de los Acuerdos Iglesia-Estado.

El BOE publicó el día 24 de febrero el nuevo currículo de la asignatura de Religión para Primaria y Secundaria, que se aplicará en el marco de la Lomce a partir del próximo curso. La estructura de los diferentes cursos y sus contenidos no han sido desarrollados por el Gobierno, sino por la propia Iglesia -en concreto, por la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis-, dado que así se recoge en los Acuerdos firmados por el gobierno con la Santa Sede.

Los materias establecidas incluyen novedades con respecto al currículo anterior, aprobado en 2007, la inclusión, en primer curso de Primaria, como uno de los puntos evaluables que el alumno “memoriza y reproduce fórmulas sencillas de petición y agradecimiento”, y se le evalúe, por lo tanto, dependiendo de cómo rece.

Para el nuevo curso, la asignatura de Religión será optativa en los seis cursos de Primaria y los cuatro de Secundaria. Los padres podrán elegir entre esta opción, la asignatura Valores Éticos, o ambas. Eso sí, su contenido será evaluable y formará parte de la nota media final del curso (aunque no de las pruebas externas de Secundaria).

En Bachillerato, la religión forma parte de las 11 materias de libre configuración (como música o dibujo) de las que tienen que elegir dos.

El currículo de Religión Católica es una amalgama de elementos que se intentan organizar en base a un modelo de competencias. Sin embargo en este caso, esa forma de programar supone que, por ejemplo, se deba calificar con una puntuación numérica, si el alumno "reconoce con asombro y se esfuerza por comprender el origen divino del cosmos y distingue que no proviene del caos o del azar" o que uno de los criterio de evaluación sea "reconocer la incapacidad de la persona para alcanzar por sí mismo la felicidad".

El sesgo ideológico de dicho currículum, que ha causado escándalo estos días en muchos sectores de la sociedad, deriva de los citados Acuerdos Iglesia Estado que garantizan que sea la jerarquía católica la que fije los contenidos de la enseñanza de la religión.

Históricamente, el mandato constitucional según el cual “los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones” fue desbordado por la interpretación que la Iglesia supo imponer en los acuerdos con el Vaticano de 1979. Esa formulación, que no implicaba necesariamente la remisión de tal formación al espacio escolar, se concretó en los acuerdos en: oferta obligatoria de la religión en todos los centros), asignatura evaluable equiparable a las fundamentales e impartida por un profesorado al que la Iglesia nombra y al que el Estado paga, incluyendo su indemnización cuando la Iglesia procede a “despedirlo” (con costos de millones de euros) y que ahora la LOMCE satisface plenamente.

La Federación de Enseñanza de CCOO de CyL considera, en consecuencia, que la única salida posible a anacronismos como los señalados, pasa por la derogación de la Ley Wert, que nos retrotrae una escuela confesional, resucita el carácter evaluable de la asignatura de religión, elimina Educación para la Ciudadanía y financia con fondos públicos la separación del alumnado por sexos, en centros que son propiedad de organizaciones fundamentalistas. Pasa también por la derogación de unos Acuerdos Iglesia Estado incompatibles con un Estado laico.