Como todos los años desde 1994, junto a la UNESCO celebramos el 5 de octubre el Día Mundial de los y las Docentes, cuyo lema este año es “El derecho a la Educación implica el derecho a docentes cualificados/as”.
Esta jornada, y con la aprobación del ODS 4 sobre Educación se ha convertido en la ocasión idónea para hacer un balance de los logros y reflexionar acerca de los retos que aún perduran para hacer frente a las dificultades de ejercer la docencia.
Desde nuestro sindicato, como organización que representa a miles y miles de docentes en (poner territorio), reivindicamos la figura del docente, la labor encomiable del personal de apoyo y la importancia de invertir en Educación cuando algunos gobiernos autonómicos están recortando los presupuestos educativos y fomentan el desprestigio de los profesionales de la educación en España.
Ante este panorama tan sombrío para la educación, venimos denunciando y así lo demuestran nuestras manifestaciones y protestas, como los recortes en la educación están provocando una pérdida de derechos para sus profesionales y un deterioro de la calidad educativa y junto a los sindicatos de los trabajadores/as de la enseñanza de todo el mundo estamos exigiendo a los gobiernos, que han optado por recortar la inversión educativa que implementen unos planes de recuperación cuyo fundamento sea priorizar la recuperación del empleo de calidad y el crecimiento, en vez de atacar los servicios públicos.
Las medidas que se están aplicando con la implantación de la LOMCE, suponen un empeoramiento de las condiciones de trabajo del personal docente, de servicios educativos, de administración y servicios, docente e investigador de las universidades y de todos los profesionales de la educación en general que no podrán dedicar todo el tiempo necesario que requieren las labores organizativas, la preparación de las clases y las tutorías individualizadas del alumnado.
Los problemas no se resuelven haciendo recaer todas las tareas sobre las espaldas del profesorado prescindiendo de la contratación de nuevos profesionales tan necesarios para lograr una Educación de calidad o privatizando los servicios educativos y el empleo de los profesionales que los desempeñan. El personal docente constituye una inversión en el futuro de los países. Es imposible prever lo que el alumnado de hoy tendrán que afrontar durante su vida adulta, de modo que el profesorado de ahora y de mañana necesitan las competencias, los conocimientos y el apoyo que les permitan satisfacer las distintas necesidades de aprendizaje de cada niña y niño de hoy.
Queremos también resaltar desde CCOO que el papel del personal docente es fundamental en la nueva agenda educativa 2030, donde tras la asamblea de Naciones Unidas, las organizaciones mundiales han destacado el hecho que para “lograr una educación de calidad inclusiva y equitativa y la promoción de oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos y todas, las sociedades fuertes dependen de una ciudadanía bien formada y una mano de obra bien preparada; y para ello es necesario tener docentes con buena formación y cualificación; por ello hoy volvemos a hacer un llamamiento a favor de la defensa del trabajo del profesorado y exigimos formación de calidad para el colectivo, instando a las administraciones a combatir los obstáculos que impiden la implantación de esta capacitación y cualificación profesional.
Por otro lado es importante recalcar que la educación es “un derecho humano fundamental” como viene recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada hace 70 años, y sin embargo, en muchos lugares muchos niños y niñas se ven privados del derecho a la educación debido a la escasez mundial de docentes cualificados y experimentados; concretamente más de 263 millones de niños y jóvenes de todo el mundo no están escolarizados y para conseguir acabar con esta discriminación en todos los niveles del sistema educativo y mejorar de manera notoria la calidad de la educación y los resultados del aprendizaje, necesitamos alrededor de 69 millones más de docentes.
En definitiva, sin el profesorado, sin su gran dedicación a la educación y la formación de calidad, la sociedad no podrá contar con mejores ciudadanos y ciudadanas ni con trabajadores y trabajadoras más cualificados y útiles para el progreso social y desarrollo económico por las vías de la innovación y la sostenibilidad.