La Federación de Enseñanza presenta una serie de materiales informativos para profesorado, equipos directivos, centros y familias.
La profesión docente es altamente creativa y compleja y necesita contar con el apoyo y la confianza de la sociedad, así como con un alto grado de autonomía y libertad en su ejercicio.
El profesorado es un agente clave en los procesos de construcción de una sociedad más justa, libre y democrática. Para cumplir esta función social debe estar en condiciones de ejercer un control colectivo sobre el sentido, los objetivos y los contenidos de su trabajo. Y el Veto Parental supone un ataque a los fundamentos de la docencia.
A los recortes en el gasto público educativo que han supuesto un duro ataque al salario del profesorado y a sus derechos sociales, aumentar fuertemente la carga lectiva y tareas, congelar toda posibilidad de promoción e incentivo, reducir las plantillas, incrementar la ratio, aumentar porcentualmente el empleo temporal y el parcial no deseado, etc., sin valorar su incidencia en programas o medidas educativas, se suma ahora la campaña del veto parental lanzada desde la extrema derecha, Vox, y asumida y difundida agresivamente por el primer partido de la oposición, PP en connivencia con C’s.
Es un ataque frontal contra la libertad de cátedra y contra las libertades de enseñanzas. Ataca los principios en los que se fundamenta la docencia. Esta situación no es nueva, sino que ha adoptado nuevas formas. La derecha experta en estas fórmulas ya ha lanzado en otros momentos ataques a la docencia, en aras de una supuesta “libertad de las familias”, para maniatar la profesión docente y someterla y convertirla en peón de los intereses ideológicos, políticos y religiosos de la clase dominante. Y es una estrategia que ha dejado huella: la desconfianza de un sector de la sociedad hacia el colectivo docente.
El Veto Parental es otra vuelta de tuerca más en la política de desacreditación de la profesión docente que se ha llevado a cabo por una parte importante de nuestros representantes políticos y que ha calado en algunos sectores de la sociedad, siendo uno de los principales problemas con los que se encuentra la escuela pública: un profesorado que no se siente valorado ni respaldado en sus decisiones, sino cuestionado y fiscalizado. El Veto Parental ahonda en esta sensación y en este sentimiento.