El sindicato exige al Ministerio de Educación y a las administraciones competentes la elaboración de un plan de ámbito estatal para empezar a erradicar las manifestaciones de violencia desde los centros educativos.
El número de mujeres asesinadas ya suma la escalofriante cifra de 18 en lo que va de año, siendo seis el número de menores huérfanos por esta lacra. Ayer conocimos la triste y terrible noticia de una menor asesinada más.
Es insostenible e intolerable seguir manteniendo esta situación y no poner todos los esfuerzos, desde todas las instituciones, para dar fin a una lacra que asesina a mujeres, y que atenta tanto con su vida como con la vida de sus hijos e hijas, con el único fin de crear terror, miedo y sufrimiento.
La educación es la única herramienta de la que disponemos para poder frenar a medio y largo plazo sólidamente las violencias ejercidas contra las mujeres por el mero hecho de serlo, y también de sus hijos e hijas.
La violencia vicaria es parte del machismo y sus múltiples formas, y desde la Federación de Enseñanza creemos que la única manera de eliminar esta situación es dar el peso necesario a la coeducación, donde en el centro estén la igualdad, el respeto, la emancipación y la toma de decisiones en libertad, lo que implica un cambio urgente en las políticas educativas actuales.
Desde FECCOO luchamos para que, de una vez por todas, nos tomemos esta cuestión como una urgencia general y pongamos en marcha un plan estatal de medidas para la erradicación de las violencias en la educación, que contara con propuestas claras y los recursos necesarios para que pudiera ser asumido por las CC. AA., quienes se tendrían que hacer corresponsables de él. En un contexto en el que se están revisando los currículos y todos los contenidos para el desarrollo de la recién aprobada ley, una de las prioridades ha de ser la de luchar contra el sistema machista y patriarcal que promueve un modelo de ciudadanía arcaico que supone la reproducción de roles sexistas, conductas de opresión y violencia, así como el mantenimiento de masculinidades tóxicas que se ven reforzadas por un sistema permisivo. Esta batalla es de todas y de todos, nos interpela a toda la sociedad porque en ella nos jugamos muchas vidas.
Debemos asumir que las medidas públicas puestas en marcha no están siendo efectivas para prevenir estas conductas que comienzan en las primeras etapas educativas. Mientras reflexionamos, decidimos, impulsamos medidas, tomamos las riendas de las políticas públicas y educativas, sigue habiendo asesinatos y sufrimiento. Debe ser una prioridad de Estado erradicar la violencia y educar en el afecto mutuo, el entendimiento, el consentimiento, la libertad de elección, la libertad de ser y desear, así como la convivencia plena y positiva.
Las víctimas no disponen de más tiempo, son necesarias soluciones y medidas a corto, medio y largo plazo. La educación es nuestra mejor arma.
La Federación de Enseñanza condena severamente los asesinatos machistas y exige al Ministerio de Educación y Formación Profesional, y a todas las administraciones competentes, un plan de ámbito estatal contra las violencias en los centros educativos. Nos ponemos a disposición de ellas para promover una estrategia educativa global contra esta lacra. Porque nos queremos vivas, libres y unidas. ¡Ni una menos!