Han transcurrido diez días desde que suspendiera la actividad educativa presencial en nuestra comunidad y se dejara al arbitrio de los equipos directivos la presencia del personal que presta servicios en los centros educativos de Castilla y León.
Durante todos estos días no cesan las llamadas de miembros de equipos directivos y personal laboral rogando que presionemos para que de una vez cierren los centros educativos, en muchos casos porque ya son varias las personas contagiadas en las diferentes provincias y por otro porque ya ha dado tiempo a organizar la actividad docente. Por eso no entendemos que continúen abiertos cuando además están suspendidos los plazos administrativos.
Continúa la diferencia de criterio incluso dependiendo del inspector educativo que toque incluso dentro de cada dirección provincial. Los hay que no han puesto problemas a quienes, una vez organizadas las actividades educativas a distancia, les han permitido cerrar el centro frente a quienes cada mañana piden datos para verificar la presencia de equipos directivos, profesores y personal laboral.
Entendemos que nos encontramos ante una crisis sin precedentes, llena de incertidumbres, y es por esto que con más razón necesitamos de dirigentes políticos a la altura de la toma de decisiones responsables y valientes. No podemos continuar siendo dubitativos y publicando instrucciones ambiguas abiertas a todo tipo de interpretaciones.
Hemos otorgado un plazo más que suficiente para que, después del caos que supuso la semana del 14 de marzo, la consejera cierre los centros y organice la actividad docente de los centros educativos de nuestra comunidad. No podemos continuar inmersos en un caos que arrastramos desde el viernes 13 de marzo cuando, cinco minutos antes de la salida del alumnado de los centros, se avisó vía correo electrónico de la suspensión de la actividad docente, siendo Castilla y León la última comunidad autónoma en tomar la decisión. Varias comunidades ya han anunciado el cierre toral de centros mientras que en Castilla y León no se toma ninguna medida clara al respecto.
Señora Rocío Lucas, ¡ya está bien!, el profesorado que se ha organizado como ha podido para continuar atendiendo al alumnado de nuestra comunidad no se merece el trato que está recibiendo. Cierre de una vez los centros educativos y agradezca la labor que está desempeñando este colectivo con sus propios medios y con la mejor de las actitudes. Y proteja la salud de quienes, hoy en día, continúan exponiéndose a un riesgo innecesario, toda vez que el presidente de la comunidad, Alfonso Fernández Mañueco, ha solicitado al gobierno central la suspensión de toda actividad no imprescindible.
