El sindicato reconoce la importancia de la educación como un elemento capaz de reducir la potencial vulnerabilidad de millones de personas: mujeres, niñas, niños, migrantes, desplazadas, en situación de pobreza, entre otras, y de ofrecer nuevas oportunidades para el futuro.
La educación vuelve a jugar un papel imprescindible en la erradicación de la explotación sexual y el tráfico de mujeres, niños y niñas en uno de los tantos escenarios que les dejan en una situación de especial vulnerabilidad:
- Mujeres que están viviendo una guerra en su país (Ucrania, Siria, Somalia…).
Migrantes por diversas causas (conflictos armados, persecuciones, pobreza...) mujeres solas o con hijas e hijos a su cargo, menores no acompañados... que se prostituyen para conseguir plaza en los medios de transporte, o a cambio de protección durante el trayecto o en los puntos de llegada.
El alto porcentaje de menores sin escolarizar (Afganistán (46%), Sudán (45%), Níger (38%) y Nigeria (34%).
Personas expuestas a situaciones de pobreza, cada vez más presente en nuestra sociedad.
Personas con discapacidad.
Mujeres sin hogar y menores que viven en la calle, son víctimas propicias para las redes de tráfico de drogas y/o trata de personas.
Menores y mujeres que son explotadas y explotados para el turismo sexual, una fuente de ingresos para países menos desarrollados y con leyes muy laxas o inexistentes en materia de explotación y prostitución.
No olvidemos, además, que en algunos países la educación de las niñas es escasa, si no inexistente, lo que aumenta la probabilidad de que ellas caigan en redes de prostitución y las deja en una situación de vulnerabilidad comparativa mucho mayor que otras naciones donde sí tienen mayor acceso y posibilidades de permanecer en el sistema educativo.
Por ello, CCOO defiende la necesidad de una educación igualitaria, inclusiva y coeducativa, prestando especial atención en facilitar el acceso a las personas más vulnerables.
En el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niños y Niñas reforzamos nuestro compromiso por una educación responsable, universal y de calidad, integradora, y para que, a través de las instituciones y organismos nacionales e internacionales correspondientes, se puedan ofrecer las mismas oportunidades en todos los países del mundo. Si queremos acercarnos a los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030, esta apuesta es indispensable.