El pasado 23 de junio se celebraron las pruebas de oposición de enseñanzas medias en Castilla y León. Tras una reflexión calmada sobre el proceso de selección, es necesario hacer una crítica constructiva y aportar, desde la responsabilidad, todo lo posible para mejorarlo.
El proceso debería buscar el equilibrio necesario para que la exigencia de la parte práctica, elaborada por una pequeña comisión de cinco personas en cada especialidad, sirva verdaderamente para mostrar la capacidad de los/as candidatos/as de desempeñar la función docente.
Los criterios de evaluación y calificación deben ser claros, concisos y transparentes desde un principio. Un excesivo nivel en las pruebas prácticas supone una selección previa del número de opositores/as y conlleva dejar fuera a excelentes profesionales, que ya están trabajando de forma interina, priorizando los conocimientos teóricos o prácticos de su materia sobre la práctica educativa cotidiana. Esta situación limita considerablemente el abanico de opositores, con el consiguiente riesgo de dejar plazas sin cubrir y apartar a muchos docentes, cuyo punto fuerte resida en la pedagogía, tan importante en nuestras aulas, en un momento de búsqueda de medidas para mejorar resultados académicos y de lucha contra el abandono escolar.
Recordemos que tanto la política educativa como la práctica docente en esta etapa educativa apuestan, cada vez más, por el uso de metodologías activas, que potencian un aprendizaje significativo, sustituyendo, así, a las tradicionales clases magistrales, más propias de otros niveles educativos.
No sería aceptable descartar candidatos a docentes debido a la exigencia desmedida de algunas pruebas prácticas, difíciles de superar en el tiempo estipulado, incluso por aquellos que ya accedieron al sistema y que deben valorarles. Por otra parte, en defensa de la labor y la responsabilidad que implica formar parte de los tribunales, quisiéramos hacer hincapié en la necesidad de una búsqueda de consenso, que evite la imposición de normas y criterios de una minoría sobre el resto, privados de voz y voto en la toma de decisiones, para intentar, así, mejorar sus condiciones de trabajo, que, a su vez, repercutirán en una valoración ecuánime de los aspirantes.
Es por ello que, desde la Federación de Enseñanza de CCOO, queremos hacer un llamamiento a todos los que están inmersos en este y en futuros procesos, para que se vele por un equilibrio entre el conocimiento y la transmisión del mismo.