En el contexto económico y político de la crisis se han enfrentado dos concepciones: una, la que defiende la importancia del Estado como regulador, supervisor, agente económico y proveedor de servicios públicos, sociales y de protección social; y la otra, la que ha pretendido reducir el papel del Estado al mínimo, reducir, deteriorar y privatizar los servicios públicos.
La gestión neoliberal llevada a cabo por los gobiernos ha optado por la reducción del peso de lo público en la economía en estos años. Los compromisos adquiridos ante la Comisión Europea, el cumplimiento de la consolidación fiscal y la reducción del déficit, han tenido como resultado un crecimiento de la desigualdad y de la pobreza y un grave deterioro de los servicios públicos básicos y de las prestaciones sociales, que están sufriendo la mayoría de los ciudadanos.
Ahora, en 2016, que se ha abierto un nuevo tiempo político, que acompaña el cambio de ciclo económico iniciado en la segunda mitad de 2014, y que la economía española crece, este crecimiento económico debería aprovecharse para generar empleo de calidad, restituir y ampliar los derechos económicos y laborales perdidos y recuperar e incrementar el gasto público. Es prioritario recuperar y recomponer las bases del modelo social, revirtiendo los recortes a los que se les ha sometido en estos años a la sanidad pública, la educación pública, las pensiones, las prestaciones por desempleo, la política social de vivienda, al medioambiente etc.
Para CCOO es preciso reconstruir la estructura fiscal del Estado, en sentido amplio, para atender y reforzar servicios públicos universales, suficientes y equitativos en su definición, con gestión eficiente y rigurosa.
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