Aún sin abandonar el escenario recesivo, la inflación en España comienza a experimentar incrementos tanto en su variación mensual, que alcanza el 0,7%, como anual con un 1,4%. Así, el mercado de bienes y servicios se suma a las presiones que ya se vienen ejerciendo desde el mercado de trabajo para recortar el salario real de la mayoría de los trabajadores de este país. Por otra parte, la inflación subyacente -que excluye del IPC los productos alimenticios no elaborados y los derivados del petróleo- se ubica en el 0,2%, lo que vuelve a probar la influencia en el incremento de los precios de sectores muy concentrados, productores de materias primas alimenticias y energéticas. Este repunte inflacionario se reproduce en nuestra Comunidad Autónoma, aunque una décima más acentuado, si se tiene en cuenta que en Castilla y León las variaciones mensual y anual han sido del 0,8% y del 1,5% respectivamente.
Este incremento relativo de la inflación anual en España se explica fundamentalmente por la evolución de los precios en materias como el transporte, cuya tasa anual alcanza el 8,1%, más de dos puntos por encima de la registrada en febrero, alimentación y bebidas no alcohólicas, con una tasa anual de -2,1% pero con un incremento de seis décimas respecto a la del mes anterior y ocio y cultura, también con una tasa anual negativa, -1%, supera en un punto a la registrada en febrero, debido fundamentalmente a los incrementos que sufrieron los viajes organizados respecto a 2009. Por su parte, los incrementos en la tasa mensual de inflación se concentran también en los capítulos de transporte (1,7%), ocio y cultura (1,2%), vestido y calzado (3,6%) y vivienda (0,4%), lo que se explica por cuestiones puntuales como el inicio de la temporada primavera-verano en el caso del calzado, por el referido incremento de los precios de carburantes en el caso de transporte y vivienda y por la subida de los precios de los viajes organizados en el caso de ocio y cultura. El incremento interanual de los precios en Castilla y León se explica también por la influencia de capítulos como el transporte (7,8%), vivienda (2,6%), a lo que se le agrega el de bebidas alcohólicas (12,6%). A su vez, los incrementos mensuales en Castilla y León corresponden básicamente a transporte (1,7%), vestido y calzado (3,7%) y ocio y cultura (1,1%).
Un mes más, los trabajadores y las trabajadoras de este país ven como la crisis impacta sobre sus bolsillos. A los recortes salariales, despidos, suspensiones laborales y demás variantes que se vienen experimentando, se le suma ahora un tímido incremento de los precios -con perspectivas de consolidarse- que contribuye al desagio del poder adquisitivo del salario. Esto se traduce no sólo en un empobrecimiento absoluto que recaerá sobre las capas más débiles de quienes viven en España sino también en una pérdida de competitividad global de la economía nacional con todo lo que ello significa en términos de pérdida de bienestar general y de equidad social. De este modo, los trabajadores, por vía de su representación sindical, deben estar más alertas que nunca ante reformas laborales que pretendan emular modelos de flexibilización laboral experimentados en otras latitudes, cuyos resultados contrarios a los intereses de los trabajadores son por todos conocidos. Nuestra respuesta como sindicato no puede ser otra: no pasarán.
15 de abril de 2010