La AIReF identifica ámbitos para mejorar la eficacia y eficiencia del sistema universitario en Castilla y León.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) publicó hoy en su página web el estudio sobre el sistema universitario público de Castilla y León, en el que analiza su marco estratégico, la organización de la docencia y el desempeño investigador. En el estudio, la AIReF constata falta de planificación estratégica que priorice los objetivos de la educación universitaria en la comunidad autónoma, amplia heterogeneidad y complejidad en las metodologías de los planes de ordenación docente de las cuatro universidades públicas, un desajuste persistente entre las plazas ofertadas y su demanda y heterogeneidad en la especialización investigadora.
En términos de gasto público, la AIReF evalúa una cifra aproximada de 454 millones de euros, cantidad que recibió́ el sistema universitario público por parte de la Junta en 2022. La Institución identifica una serie de ámbitos cuya mejora contribuiría a alcanzar una utilización más eficiente de este gasto público.
En primer lugar, la AIReF constata que la Junta no dispone de la programación universitaria prevista en la Ley de Universidades de Castilla y León, lo que conlleva la ausencia de un documento que establezca la planificación estratégica y priorice los objetivos de la educación universitaria en la comunidad autónoma. Esto condiciona la posibilidad de llevar a cabo una evaluación rigurosa del cumplimiento de sus objetivos y deja sin referencias tanto al modelo de financiación como a las universidades en la elaboración de sus propios planes estratégicos y su posterior desarrollo en forma de proyectos estratégicos.
En el ejercicio de su autonomía, las cuatro universidades de Castilla y León contemplan en sus estatutos la elaboración de instrumentos de planificación estratégica plurianual. Sin embargo, estas herramientas no abordan con suficiente detalle algunos de los ejes fundamentales como la investigación o la docencia. La AIReF considera que las universidades deben aprovechar este marco de gobernanza para elaborar una planificación estratégica más proporcionada, con ejes y objetivos equilibrados, precisos y alineados.
En segundo lugar, la AIReF analiza los planes de ordenación docente de las cuatro universidades públicas de Castilla y León, en los que se pone de manifiesto la amplia heterogeneidad y complejidad en las metodologías, así como la falta de vinculación con la planificación estratégica de las universidades. Según la AIReF, esta heterogeneidad dificulta a la comunidad conocer y comparar la realidad de las capacidades y necesidades lectivas. En este sentido, la Institución considera que la simplificación y homogenización del contenido y metodologías de los planes mejoraría el alineamiento de las descargas lectivas de cada universidad con los objetivos estratégicos y redundaría en el refuerzo de la transparencia y comparabilidad de indicadores.
Tras el proceso de homogeneización llevado a cabo por la AIReF a partir de los microdatos de la capacidad y encargo lectivo del personal docente e investigador para el curso 2021/2022, esta evaluación pone de manifiesto que la capacidad lectiva neta, tras las reducciones aplicadas, supone un 66,5% de la capacidad bruta. Este dato concuerda con el resultado de los datos de encargo lectivo. La heterogeneidad entre universidades se observa tanto en la contabilización de la capacidad lectiva (por ejemplo, tipos de reducciones) como en el encargo lectivo (por ejemplo, distinto tamaño de grupos, tipologías de asignaturas, etc.) lo que dificulta su comparación. Por último, la AIReF concluye que, para el mismo grado de experimentalidad, no existe una relación positiva clara entre tamaño de los grupos de docencia e indicadores de resultados.
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