NACEMOS iguales, sin roles definidos, tan solo como personas, llegando al mundo sin etiquetas ni clichés.
PARA UN MUNDO sin diferencias entre géneros, la igualdad debe comenzar en la infancia, con la educación recibida en el hogar, primer escenario de afirmación como persona, incitando y sembrando las semillas de la igualdad y corresponsabilidad que se desarrollarán en el futuro.
La responsabilidad de acabar con los estereotipos sexistas corresponde a toda la sociedad. Acabar con la cultural patriarcal, que provoca la división sexual de las tareas y predetermina las aspiraciones personales y profesionales e impide la libre elección de gustos e intereses, es un trabajo diario.
Si queremos que se haga realidad nuestro anhelo de una sociedad igualitaria, justa, respetuosa e inclusiva, solo seremos capaces de crearla si niños y niñas de hoy se convierten en las personas con valores igualitarios que ocupen el mañana, perpetuando con sus actos la igualdad y la defensa de derechos y libertades.
8 de noviembre 2018
#8MSiempre
#VivasLibresUnidas